Por: Lic/Dplmdo. Rodolfo Méndez
Mucho se ha oído decir sobre la necesidad de integrar a los representantes a la escuela al igual que la comunidad se integre a su escuela, pero poco hemos accionado los docentes para que esta aspiración se cumpla. Y lo digo porque, precisamente en la practica educativa, solamente nos conformamos con que nuestros representantes asistan a una reunión o a una actividad extra cátedra (por ejemplo celebración del día de la madre).
Para que nuestro trabajo pedagógico con los alumnos y alumnas sea realmente efectivo y fructífero necesitamos el apoyo pleno e interesado de los padres y representantes. Los padres son los primeros maestros y maestras de sus hijos y el hogar la primera escuela. De ellos, los niños y niñas reciben los primeros valores de vida, valores sociales, valores culturales, valores religiosos, etcétera. La escuela formal como institución lo que hace es reforzar y ampliar esos valores y enriquecerlos con conocimientos, destrezas, habilidades y valores universales.
Para asegurar que los representantes participen en la formación escolar de sus representados y representadas es necesario que se cumplan las siguientes condiciones:
1.- La extrema CORDIALIDAD del docente como líder de la comunidad en la cual labora. Esa cordialidad debe manifestarse en el buen trato de la palabra y de la actitud al momento de dirigirse a sus representantes.
2.- La claridad de la palabra explicativa a fin de asegurase de que el representante aprehenda, sin ninguna duda, las informaciones que sobre la actuación escolar de su representado reciba.
3.- Enlazado con la afirmación anterior se hace necesario que el o la docente, en la primera reunión de representantes, aclare con firmeza y determinación todos los puntos íntimamente relacionados con los aspectos nodales de la escolaridad, como por ejemplo: formas de evaluación, normas de conducta, reglamentos y leyes educativas, sanciones, contrato de aprendizaje, entre otras a fin de asegurarse una disminución futura de situaciones que pudiesen generar conflictividad docente-representante.
En este aspecto se sugiere diseñar y distribuir folletos informativos a fin de que quede una guía escrita de lo normado.
Igualmente es de gran importancia que se lleven registros escritos de todas y cada una de las visitas del representante (hayan sido estas espontáneas o por solicitud previa a través de una citación). En los registros escritos deben señalarse el día, la hora de la visita, la condición de la visita, y un resumen explicito de lo conversado y de los acuerdos y compromisos logrados.
4.- En la primera reunión de trabajo el docente debe organizar sus grupos o comisiones de trabajo procurando flexibilizar las acciones a fin de asegurar la participación de todos los comprometidos, esto implica presentar planes concretos, horarios y fechas, recursos en colaboraciones requeridos, etcétera.
5.- Tómese en cuenta apreciados colegas, que debe generarse una canal directo y permanente de comunicación, intercambio y relaciones afectivas con sus representantes; ello lo puede lograr escribiendo y haciéndoles llegar notas, escritos, artículos, organizando entrevistas informales de intercambio de ideas de diversos temas, o realizando actividades extra cátedras donde compartan con sus hijos e hijas.
Mucho se ha oído decir sobre la necesidad de integrar a los representantes a la escuela al igual que la comunidad se integre a su escuela, pero poco hemos accionado los docentes para que esta aspiración se cumpla. Y lo digo porque, precisamente en la practica educativa, solamente nos conformamos con que nuestros representantes asistan a una reunión o a una actividad extra cátedra (por ejemplo celebración del día de la madre).
Para que nuestro trabajo pedagógico con los alumnos y alumnas sea realmente efectivo y fructífero necesitamos el apoyo pleno e interesado de los padres y representantes. Los padres son los primeros maestros y maestras de sus hijos y el hogar la primera escuela. De ellos, los niños y niñas reciben los primeros valores de vida, valores sociales, valores culturales, valores religiosos, etcétera. La escuela formal como institución lo que hace es reforzar y ampliar esos valores y enriquecerlos con conocimientos, destrezas, habilidades y valores universales.
Para asegurar que los representantes participen en la formación escolar de sus representados y representadas es necesario que se cumplan las siguientes condiciones:
1.- La extrema CORDIALIDAD del docente como líder de la comunidad en la cual labora. Esa cordialidad debe manifestarse en el buen trato de la palabra y de la actitud al momento de dirigirse a sus representantes.
2.- La claridad de la palabra explicativa a fin de asegurase de que el representante aprehenda, sin ninguna duda, las informaciones que sobre la actuación escolar de su representado reciba.
3.- Enlazado con la afirmación anterior se hace necesario que el o la docente, en la primera reunión de representantes, aclare con firmeza y determinación todos los puntos íntimamente relacionados con los aspectos nodales de la escolaridad, como por ejemplo: formas de evaluación, normas de conducta, reglamentos y leyes educativas, sanciones, contrato de aprendizaje, entre otras a fin de asegurarse una disminución futura de situaciones que pudiesen generar conflictividad docente-representante.
En este aspecto se sugiere diseñar y distribuir folletos informativos a fin de que quede una guía escrita de lo normado.
Igualmente es de gran importancia que se lleven registros escritos de todas y cada una de las visitas del representante (hayan sido estas espontáneas o por solicitud previa a través de una citación). En los registros escritos deben señalarse el día, la hora de la visita, la condición de la visita, y un resumen explicito de lo conversado y de los acuerdos y compromisos logrados.
4.- En la primera reunión de trabajo el docente debe organizar sus grupos o comisiones de trabajo procurando flexibilizar las acciones a fin de asegurar la participación de todos los comprometidos, esto implica presentar planes concretos, horarios y fechas, recursos en colaboraciones requeridos, etcétera.
5.- Tómese en cuenta apreciados colegas, que debe generarse una canal directo y permanente de comunicación, intercambio y relaciones afectivas con sus representantes; ello lo puede lograr escribiendo y haciéndoles llegar notas, escritos, artículos, organizando entrevistas informales de intercambio de ideas de diversos temas, o realizando actividades extra cátedras donde compartan con sus hijos e hijas.
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