Las Mandalas son una tradición de la cultura oriental a través de las cuales se intenta configurar de forma iconográfica y simbólica la esencia de la vida y del pensamiento humano.
El significado de la palabra “mandala” se asocia a "círculo", y es en efecto un círculo dentro del cual se realiza un dibujo muy colorido y con diversos niveles de complejidad según la edad y el pensamiento de la persona.
A nivel pedagógico encontramos referencias muy concretas de la utilidad de mandalas en el aula de clases, sobre todo resultan muy útiles para ejercitar la concentración de aquellos alumnos y alumnas particularmente intrusivos (ver artículo #008 en está misma página).
Los alumnos al trabajar con mandalas desarrollan un nivel concreto de concentración y atención, responsabilidad en sus labores escolares, respeto por el trabajo de los demás, amplitud de su capacidad perceptiva, desarrollo de sus habilidades y destrezas cerebrales, etcétera.
Por sus características visuales las mandalas estimulan el interés de los alumnos, actitud que favorece el trabajo de aula del docente ya que, mientras los alumnos se dedican a realizar la actividad que tanto les gusta el educador puede aprovechar ese tiempo para cumplir con alguna tarea propia de la cotidianidad educativa como la corrección de cuadernos, entre otras.
Para que el uso de mandalas como estrategia pedagógica sea efectiva es conveniente que se sigan las siguientes indicaciones: 1) El docente dispondrá de un banco variado de mandalas preelaborados para ser coloreados, 2) Se les debe permitir a los alumnos que selecciones el modelo de su gusto o sí lo desea elaborar el suyo propio, 3) Se debe instruir a los alumnos en la necesidad de trabajar en pleno silencio y respetar y valorar las producciones de sus compañeros, 4) Los alumnos deben poseer su propio material para colorear a fin de evitar molestar y, por ende distraer a sus compañeros, 5) Resulta beneficioso para la motivación de los alumnos que el docente valore sus producciones y la mejor manera de hacerlo es evaluar siempre con calificaciones descriptivas positivas nunca desvalorativa, halagos o aprobación social, asì como la exhibición de los mandalas para que la comunidad escolar las aprecien, 6) La realización de la actividad debe responder, fundamentalmente, a la motivación interna del propio individuo no se debe obligar al alumno a participar sí no lo desea, 7) Nunca se debe aplicar en exceso está estrategia ya que se caería en el aburrimiento y el desinterés; por el contrario, recomiendo un máximo de tres veces por semana.
En conclusión, el uso pedagógico de mandalas en las aulas de clases permite mejorar las condiciones de intrusividad de los alumnos y alumnas, ampliar su capacidad de atención y concentración asì como desarrollar sus habilidades mentales y cerebrales.
El significado de la palabra “mandala” se asocia a "círculo", y es en efecto un círculo dentro del cual se realiza un dibujo muy colorido y con diversos niveles de complejidad según la edad y el pensamiento de la persona.
A nivel pedagógico encontramos referencias muy concretas de la utilidad de mandalas en el aula de clases, sobre todo resultan muy útiles para ejercitar la concentración de aquellos alumnos y alumnas particularmente intrusivos (ver artículo #008 en está misma página).
Los alumnos al trabajar con mandalas desarrollan un nivel concreto de concentración y atención, responsabilidad en sus labores escolares, respeto por el trabajo de los demás, amplitud de su capacidad perceptiva, desarrollo de sus habilidades y destrezas cerebrales, etcétera.
Por sus características visuales las mandalas estimulan el interés de los alumnos, actitud que favorece el trabajo de aula del docente ya que, mientras los alumnos se dedican a realizar la actividad que tanto les gusta el educador puede aprovechar ese tiempo para cumplir con alguna tarea propia de la cotidianidad educativa como la corrección de cuadernos, entre otras.
Para que el uso de mandalas como estrategia pedagógica sea efectiva es conveniente que se sigan las siguientes indicaciones: 1) El docente dispondrá de un banco variado de mandalas preelaborados para ser coloreados, 2) Se les debe permitir a los alumnos que selecciones el modelo de su gusto o sí lo desea elaborar el suyo propio, 3) Se debe instruir a los alumnos en la necesidad de trabajar en pleno silencio y respetar y valorar las producciones de sus compañeros, 4) Los alumnos deben poseer su propio material para colorear a fin de evitar molestar y, por ende distraer a sus compañeros, 5) Resulta beneficioso para la motivación de los alumnos que el docente valore sus producciones y la mejor manera de hacerlo es evaluar siempre con calificaciones descriptivas positivas nunca desvalorativa, halagos o aprobación social, asì como la exhibición de los mandalas para que la comunidad escolar las aprecien, 6) La realización de la actividad debe responder, fundamentalmente, a la motivación interna del propio individuo no se debe obligar al alumno a participar sí no lo desea, 7) Nunca se debe aplicar en exceso está estrategia ya que se caería en el aburrimiento y el desinterés; por el contrario, recomiendo un máximo de tres veces por semana.
En conclusión, el uso pedagógico de mandalas en las aulas de clases permite mejorar las condiciones de intrusividad de los alumnos y alumnas, ampliar su capacidad de atención y concentración asì como desarrollar sus habilidades mentales y cerebrales.
1 comentario:
Buenas noches!!! Felicitaciones por tu trabajo colega,..Me ha servido de mucho leer tu blog!Gracias
Liliana Mota
DOCENTE
http://lakrtuchra.blogspot.com
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