Por: Lic/Dplmdo: Rodolfo I. Méndez
Simón Carreño, Simón Rodríguez, Samuel Robinson; nuestro Rausseau latinoamericano.
Construye su ideario educativo en los principios pedagógicos originarios de Juan Jacobo Rausseau contenidos en el libro de éste autor titulado: el Emilio.
La fundamentaciòn teórico filosófica de Simón Rodríguez se basa en los siguientes postulados:
i. Adaptación de los impulsos del niño al medio ambiente, dejando en segundo plano los conocimientos intelectuales los cuales, no por estar en segundo plano dejan de ser menos importantes que los primeros.
ii. Al niño debe permitírsele ser “libre” (en el mejor sentido del término); autónomo, para que, por sí mismo, encuentre el equilibrio entre sus “deseos” (impulsos), gustos, sentimientos y “fuerzas”.
iii. La base de todo proceso pedagógico debe ser lo lúdico (juegos y deportes) y la exploración (paseos, contacto con la naturaleza y sus fenómenos).
iv. Luego las actitudes deben estar por encima de los deseos.
v. El contacto con lo nuevo y su exploración es fundamental para el individuo.
vi. La educación debe ser de corte popular, que desarrolle destrezas prácticas al vincularla con el trabajo para formar el recurso humano endógeno que requiere la república para su desarrollo ético, moral y social.
Los postulados robinsonianos son considerados, posteriormente, por el Libertador Simón Bolívar en sus funciones como estadista. Es así como siempre tuvo en mente el hecho educativo en muchos de sus documentos, proclamas y epístolas, por ejemplo el 15 de febrero del año 1819 en el célebre Discurso de Angostura declara lo siguiente: “Moral y luces son los polos de una república, moral y luces son nuestras primeras necesidades”.
Mas en nuestros tiempos el Estado venezolano desde el año 1998 intenta construir un sistema de educación de corte filosófico robinsoniano y bolivariano, en tal sentido el Ministerio de Educación en sus Orientaciones sobre el proceso de evaluación 2006-2007, página 1, sentencia lo siguiente: “La Educación Bolivariana se concibe como un proceso centrado en el Continuo Humano (desde la gestación, infancia, niñez, adolescencia, juventud, adultez, hasta la muerte), con respeto y reconocimiento de las diferencias individuales, culturales y de contexto”.
Igualmente afirman en el mismo documento que la Educación Bolivariana “busca garantizar la formación integral en el saber, hacer, convivir para el logro de un ser social solidario. Desarrolla capacidades humanas y garantiza la prosecución y permanencia de sus estudios…”
Simón Carreño, Simón Rodríguez, Samuel Robinson; nuestro Rausseau latinoamericano.
Construye su ideario educativo en los principios pedagógicos originarios de Juan Jacobo Rausseau contenidos en el libro de éste autor titulado: el Emilio.
La fundamentaciòn teórico filosófica de Simón Rodríguez se basa en los siguientes postulados:
i. Adaptación de los impulsos del niño al medio ambiente, dejando en segundo plano los conocimientos intelectuales los cuales, no por estar en segundo plano dejan de ser menos importantes que los primeros.
ii. Al niño debe permitírsele ser “libre” (en el mejor sentido del término); autónomo, para que, por sí mismo, encuentre el equilibrio entre sus “deseos” (impulsos), gustos, sentimientos y “fuerzas”.
iii. La base de todo proceso pedagógico debe ser lo lúdico (juegos y deportes) y la exploración (paseos, contacto con la naturaleza y sus fenómenos).
iv. Luego las actitudes deben estar por encima de los deseos.
v. El contacto con lo nuevo y su exploración es fundamental para el individuo.
vi. La educación debe ser de corte popular, que desarrolle destrezas prácticas al vincularla con el trabajo para formar el recurso humano endógeno que requiere la república para su desarrollo ético, moral y social.
Los postulados robinsonianos son considerados, posteriormente, por el Libertador Simón Bolívar en sus funciones como estadista. Es así como siempre tuvo en mente el hecho educativo en muchos de sus documentos, proclamas y epístolas, por ejemplo el 15 de febrero del año 1819 en el célebre Discurso de Angostura declara lo siguiente: “Moral y luces son los polos de una república, moral y luces son nuestras primeras necesidades”.
Mas en nuestros tiempos el Estado venezolano desde el año 1998 intenta construir un sistema de educación de corte filosófico robinsoniano y bolivariano, en tal sentido el Ministerio de Educación en sus Orientaciones sobre el proceso de evaluación 2006-2007, página 1, sentencia lo siguiente: “La Educación Bolivariana se concibe como un proceso centrado en el Continuo Humano (desde la gestación, infancia, niñez, adolescencia, juventud, adultez, hasta la muerte), con respeto y reconocimiento de las diferencias individuales, culturales y de contexto”.
Igualmente afirman en el mismo documento que la Educación Bolivariana “busca garantizar la formación integral en el saber, hacer, convivir para el logro de un ser social solidario. Desarrolla capacidades humanas y garantiza la prosecución y permanencia de sus estudios…”
No hay comentarios.:
Publicar un comentario