El inicio de un nuevo año escolar se constituye en un motivo de inmensa alegría y de celebración colectiva entre los miembro de cualquier comunidad escolar (alumnos y alumnas, padres y docentes) debido a la emoción que implica el volver a ver a los viejos amigos, a contarse anécdotas vividas durante las vacaciones, y por la curiosidad de conocer a los nuevos docentes y alumnos.
Como docente me he impuesto como norma de tradición recibir a mis alumnos y a mis colegas con un pequeño pero significativo detalle de bienvenida, que generalmente es el obsequio de un cotillon, chupeta o caramelos.
Este acto de cortesía estimula entre mis iguales la práctica de valores fundamentales como el compartir, la amistad, el respeto, el amor, el afecto, la convivencia y la generosidad; valores que reforzarán nuestros vínculos durante todo el año escolar.
Otro de los elementos que participa o debe participar en esa mega alegría que significa el inicio del nuevo año escolar es una escuela igualmente alegre, que invite y estimule visualmente a sus miembros, es decir; una institución educativa limpia, ordenada, pintada y emotivamente ambientada para la ocasión con carteleras, dibujos, carteles y mensajes que inviten a estudiar.
Todo lo opuesto a lo anteriormente expuesto generaría entre los miembros de la comunidad escolar diversos sentimientos de desmotivación, decepción, de aburrimiento y de muy poco interés por estar en ese lugar.
Iniciemos entonces cada año escolar con desprendimiento material y emotivo irradiando alegría y esperanza para que nuestros alumnos encuentren en la escuela un buen motivo para estar en ese lugar cada dìa.
Como docente me he impuesto como norma de tradición recibir a mis alumnos y a mis colegas con un pequeño pero significativo detalle de bienvenida, que generalmente es el obsequio de un cotillon, chupeta o caramelos.
Este acto de cortesía estimula entre mis iguales la práctica de valores fundamentales como el compartir, la amistad, el respeto, el amor, el afecto, la convivencia y la generosidad; valores que reforzarán nuestros vínculos durante todo el año escolar.
Otro de los elementos que participa o debe participar en esa mega alegría que significa el inicio del nuevo año escolar es una escuela igualmente alegre, que invite y estimule visualmente a sus miembros, es decir; una institución educativa limpia, ordenada, pintada y emotivamente ambientada para la ocasión con carteleras, dibujos, carteles y mensajes que inviten a estudiar.
Todo lo opuesto a lo anteriormente expuesto generaría entre los miembros de la comunidad escolar diversos sentimientos de desmotivación, decepción, de aburrimiento y de muy poco interés por estar en ese lugar.
Iniciemos entonces cada año escolar con desprendimiento material y emotivo irradiando alegría y esperanza para que nuestros alumnos encuentren en la escuela un buen motivo para estar en ese lugar cada dìa.
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