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Estimados amigos y amigas el material que se publica en este sitio tiene por finalidad motivar y estimular la necesaria discusión pedagógica sobre los asuntos educativos planteados, esperamos que les sea de mucho provecho en su labor formativa como docentes….

23 diciembre, 2006

CUANDO ASISTAS AL AULA (Artìculo Nº 016)

Cuando asistas al aula de clases hazlo con una gran sonrisa dibujada en tus labios y con expresión de felicidad en tus ojos. La primera imagen que exhiba el docente al iniciar su jornada de trabajo será determinante en la motivación y predisposición de sus alumnos. Una adecuada motivación comienza con toda la carga emocional y afectiva que el docente pueda expresarle a sus pupilos.

Si el docente se presenta mal humorado, estresado y lleno de problemas personales y laborales, cualquier actitud de sus alumnos, por más insignificante que esta sea, la tomará como fuente de disgusto y, eso de seguro generará gran tensión en la clase.

El docente tiene el deber de hacer todo lo humanamente posible por expresar felicidad y alegría, aún por encima de los problemas y situaciones personales y laborales que lo pudieran estar agobiando, ya que lo que está en juego son las emociones y sentimientos de un conjunto de niños, niñas y adolescentes en un momento determinado.

En mi labor docente he podido convivir profesionalmente con colegas cuya actitud al presentarse en sus aulas de clases es de confrontación y dureza de carácter, y precisamente por ello sus alumnos siempre se predisponen hacia su persona y se auto bloquean, no por ausencia de entendimiento de los contenidos y conocimientos que deben aprender, sino por miedo y terror hacia su maestra.

La función docente no se reduce a la de ser dadores de clases, sino más bien el de ser mediadores entre el alumno y el conocimiento que debe aprender, y esa función mediadora está llena de emociones positivas e intensas; el maestro se convierte, ante todo, en un amigo, un guía y un confidente al cual se le puede confiar sin temer a errar.

No tenga dudas en regalarle a sus alumnos en el día a día una sonrisa, una caricia y por qué no, hasta un chistecito.








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