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Estimados amigos y amigas el material que se publica en este sitio tiene por finalidad motivar y estimular la necesaria discusión pedagógica sobre los asuntos educativos planteados, esperamos que les sea de mucho provecho en su labor formativa como docentes….

28 diciembre, 2006

LOS RITMOS DE APRENDIZAJE (Artìculo Nº 020).


Podemos definir los ritmos de aprendizaje como la capacidad que tiene un individuo para aprender de forma rápida o lenta un contenido.

Los ritmos de aprendizaje tienen especial vinculación con los siguientes factores: edad del individuo, madurez psicológica, condición neurológica, motivación, preparación previa, dominio cognitivo de estrategias, uso de inteligencias múltiples, estimulación hemisférica cerebral, nutrición, etcétera.

Un niño con alto ritmo de aprendizaje es capaz de aprender unos contenidos mucho más rápido que el promedio, mientras que aquel con ritmo de aprendizaje bajo le llevará más tiempo para comprender y aprender los mismos conocimientos.

Resulta estratégico para la planificación pedagógica que el docente, al iniciar el año escolar, realice una adecuada evaluación diagnóstica a fin de poder determinar los ritmos de aprendizaje de cada alumno.

Para ello el docente pude explorar cuál de los hemisferios cerebrales tiene más desarrollado, investigar cual de las inteligencias múltiples predomina en él, con qué capacidad es capaz de razonar una situación problemática, entre otras.

Partiendo de la información recopilada el docente estará en capacidad de valorar el ritmo de aprendizaje de cada uno de sus alumnos.

No debemos olvidar un factor determinante en las relaciones escolares como lo es la apreciación y las actitudes de los representantes con respecto al desempeño de su representado. Me refiero concretamente a aquellos representantes que presionan al niño y al docente para que el primero aprenda rápidamente, aún por encima de la capacidad del mismo niño.

Este tipo de representante, estimulado tal vez por algún capricho psicosocial, exige un alto y rápido aprendizaje desconociendo los daños que se le pudieran estar causando al estudiante.

Es aquí donde el papel del docente orientador debe entrar en escena para hacerle comprender a ese representante que lo importante no es la rapidez con la que aprende su representado, sino la efectividad y la calidad del aprendizaje.

En consecuencia, se le debe respetar el ritmo de aprendizaje de cada niño, no se les debe presionar exigiéndoles más de lo que pueden dar en ese momento ya que el riesgo de bloque y de frustración psicológica sería fatal.