La Hacienda Vigirima, La Quinta, como se le llamó para darle distinción y popularidad.
Fue lugar de encuentro de Los Toro y Los Ibarra.
Abrevadero de historia interesante, ha sido descuidada en cuanto a destacar hechos relevantes y es una deuda pendiente con esta zona que debe y tiene que destacarse.
El general Miguel Castelo Ureña, casado con una hermana del Marqués del Toro, es quien trae las primeras semillas de café y nacerá una de las empresas cafetaleras más importantes del país, a la muerte de éste pasó a manos de su hijo Justo Ureña, más adelante lo hereda su hija Carmen y en 1911 lo hereda su esposo Ricardo Zuloaga Esgunguinza, quien la vende en 1916 al Dr. Vicente Fernández y es éste quien en 1926 se la vende a Antonio Pimentel que es quien desarrolla la Hacienda con mayor intensidad y la población empezó a llamarla La Quinta Pimentel.
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